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domingo, 3 de julio de 2011

III Volta pel Terme de Vilamarxant 2011

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"¿No lo puedes ver?"
(Can't you see?)

Este fin de semana tenía pensado participar en la III Volta pel Terme de Vilamarxant. Ya lo hice el año pasado y me dejó muy buen recuerdo. En esta ocasión nos volvimos a juntar un buen número de senderistas y la mayoría repetíamos ¡Por algo será!

La caminata se compone de 3 fases de unos 20 km cada una. Una primera saliendo del pueblo y recorriendo la zona de Les Rodanes para acabar en el Área recreativa de la Pedrera del Rey, donde solemos encargar una paella para comer. Una segunda fase saliendo después de comer y pasando por la zona de la Llomaina, El Gargao y acabando en la Masía de la Teulada, donde nos quedamos a dormir. Y una tercera después de desayunar el domingo y dirigiéndonos a la zona de La Pea, El Alrón y regresando al pueblo a la hora de comer.

En esta foto de grupo estamos los que comenzamos la ruta. Otros se irían añadiendo conforme fueran liquidando sus particulares compromisos. También está presente la furgoneta que nos va esperando de vez en cuando en los caminos y con la que podemos reponer líquidos de todo tipo. Un buen invento.


Salimos del pueblo en dirección al río Turia pasando al lado del Puente de la Barca y recorriendo un tramo de la pista de 25 km de longitud que se extiende desde aquí hasta Valencia circulando siempre por las orillas del río.








Más tarde cruzamos la carretera y pasamos por la zona del Mas de Moro y Les Plantaes, adentrándonos ya en el Parc Natural de Les Rodanes.



Subimos a la Rodana del Pic y nos hicimos una foto de grupo después de admirar las vistas.




Almorzamos en la Bassa Barreta, bajo un gran y anciano pino que habrá visto y escuchado a mucha gente como nosotros, pero de distintas épocas, a las que seguro que también les gustaba caminar ¡Si pudiera hablar, vaya cosas contaría!

Muchos de los caminantes de este grupo salen todas las semanas a andar por el término a muy buen ritmo y se conocen con detalle cada camino y cada senda. Incluso les ponen nombre para saber de cual están hablando. En este caso nos llevaron después de almorzar por la senda de "Pumuki" (no me preguntéis el origen del nombre), que yo no conocía (siempre aprendo cosas nuevas) y visitamos un lugar donde había una antigua mina o intento de explotación de una mina de plata. Está tapada con una gran roca pero Félix metió la mano y nos ordenó callar para que escucháramos la profundidad a la que caía una piedra que tiró dentro.



Son típicos de estas zonas los Catxirulos o refugios de pastor, algunos con algibe.



Sobre las 13:00 horas y bajo un sol de justicia (pero de los que te declaran culpable) llegamos al entorno de La Pedrera del Rey y mientras hacíamos tiempo para que se hiciera la hora de comer, nos refrescamos en la fuente y en unas mesas a la sombra dimos cuenta de numerosas cervezas, por aquello de reponer sales minerales, no por otra cosa.

Habíamos encargado una gran paella que nos trajeron al lugar en furgoneta unos estudiantes de cocina. Después de comer se repartieron las camisetas oficiales de la caminata y, como la otra vez, volvimos a bromear con Gabriel dándole una camiseta varias tallas menor a la que le correspondía.



Aquí está la foto de grupo con las camisetas conmemorativas.


Después de comer, un servidor tuvo que ausentarse un momento para solucionar un tema familiar y volví al pueblo mientras el grupo reanudaba la marcha por la zona de La Llomaina y con bastante calor de fondo. Pasaron por la entrada del templo budista y se hicieron la foto en la cumbre de El Gargao.




Una vez solucionado mi compromiso, tuve que recorrer los aproximadamente 7 kilómetros desde casa, unos ratos corriendo y otros andando rápido para poder enlazar con ellos. Cuando conseguí reunirme con el grupo llevaba encima una buena sudada. Nos dirigíamos ahora a finalizar esta segunda etapa en la Masía donde ya nos quedaríamos a cenar y dormir. El año pasado hicimos esta caminata un mes antes y el agua de la manguera que sale de un pozo estaba tan fría que sólo se duchó con ella la compañera Faride. Pero este año las circunstancias eran otras y con el calor que llevábamos encima fuimos muchos los que disfrutamos de unos buenos minutos de manguera.



Mientras en esas estábamos, se iban haciendo las brasas para la monumental torrá que nos íbamos a zampar y acto seguido preparamos la carne y el embutido en unas grandes torradoras.







Disfrutamos de la cena con el buen apetito que nos habíamos encargado de cultivar y con el buen humor que no nos hace falta cultivar porque lo llevamos de serie. Cuando estábamos terminando vimos muchos relámpagos en el cielo y conseguí captar un rayo jugando con la velocidad de mi vieja cámara.



La gente se fue despidiendo y nos quedamos únicamente los que íbamos a dormir al raso (bueno, en los porches) en los sacos de dormir, aunque algunos sibaritas se trajeron hasta hamacas.

Tras continuar la charla hasta buenas horas y cuando conseguimos acostarnos todos, continuamos con la juerga entre los fuertes ronquidos "de uno", las geniales ocurrencias de otros, y también las bromas de un pesao que no paraba de contar chistes en cuanto se hacía un poco el silencio.

La última vez que alguien preguntó la hora eran las 4 y media y a las 6 y media había que levantarse. Dos estupendas horas para los que tuvieron la fortuna de aprovecharlas enteras y olvidarse de que nos estaba acribillando toda la fuerza aérea japonesa con sus Mig bien entrenados.

Cuando se fue haciendo la hora nos levantamos todos y acudió la gente que no se había quedado a dormir pero quería continuar la marcha y salimos del conjunto de casas de la Masía de Teulada.



Fuimos en dirección a La Paridera, la zona de El Alrón y La Pea.




Desde uno de los collados se observan los meandros que hace el Turia en esta zona y que aquí sirve de límite de Término entre Vilamarxant y Pedralba.




Cuando cada sábado miro las montañas desde lo alto como sucede en esta imagen y la vista se pierde en el horizonte, siempre me doy cuenta de que tengo que estar agradecido... por poder sentir el viento que me mueve; por no tener lesiones que me impidan subir hasta aquí; por poder disfrutar de la sana compañía de los que se apuntan y me acompañan; por poder mirar sin ver, en realidad, nada; por poder detenerme allí a pensar y no pensar, en realidad, en nada; por todo... por nada... por esto....



En un lugar elevado donde habían colocado estratégicamente la furgoneta y corría un poco de aire, procedimos a almorzar con unos bocatas de queso y jamón recién cortado, que disfrutamos largamente y a los que añadimos, café y dulces.



Costó ponernos en marcha y alguno ya pensaba en sacar la baraja, pero con un esfuerzo más nos levantamos, dirigiéndonos al río para ver la zona de "las cuatro piedras", una zona de baño pero que se encontraba con el agua demasiado parada en esta ocasión.



Continuamos por una bonita y frondosa senda hasta La Pea, donde la mayoría fueron a visitar el refrescante salto de agua.



Y mirando a ninguna parte, abstrayéndote de todo lo de tu alrededor, se produce un silencio interior en el que hablas contigo mismo. Como decía Lao Tsé: "Es en el silencio que habla el alma"... y, a veces, me gustas cuando callas.... porque estás como ausente.... y me oyes desde lejos... y mi voz no te toca...




Esta mañana nos había sido propicia la climatología, ya que había estado siempre nublado y así el Sol se había mantenido oculto y cuando estábamos de regreso hacia el pueblo hasta nos cayó un chaparrón de unos 5 minutos del que ni nos molestamos en guarecernos y disfrutamos de ese regalo de frescor.

Llegamos al final de la ruta a muy buena hora, recogimos las mochilas y los sacos de la furgoneta y cada mochuelo se fue a su olivo. Un buen número de mochuelos, todavía con ganas de juerga, se reunieron despúes en el Bar de La Unión Musical para comer juntos y dar por finalizada esta estupenda caminata.

Al igual que el año anterior he disfrutado cada momento, me han llevado por sendas que no conocía y que me apunto y es un placer escuchar las explicaciones de esta gente que se conoce muy bien cada piedra de estos caminos. Las distancias no son exageradas ni los desniveles importantes, pero como en todo, mejor si se tiene una cierta práctica o hábito de caminar para prevenir dolencias y las temidas ampollas. El estar día y medio por la montaña en un ambiente distinto del habitual es una cura de estrés y hace que desconectes de lo cotidiano y en estas sesiones curativas lo mejor es la prescripción médica que se nos ofrece: "¡Para esos males nada mejor que una cervecita!"





Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podeis descargar los tracks pulsando aquí: PABLOONCE1, PABLOONCE2 Y PABLOONCE3

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