0022-Vértices Geodésicos Más de Mil C.V.: Plans (1330 m) / A+ 1004 m / 23 km

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"Tuvimos un buen Plan"

Este sábado hemos hecho una ruta en torno al Vértice Geodésico nº 22 en orden de altura de la Comunidad Valenciana, Plans, con 1330 m de altitud. Está situado en el Término Municipal de Torremanzanas, aunque nosotros hemos accedido desde Benifallim.

Cuando publiqué la propuesta decía que nos moveríamos por la parte más oriental del Parque Natural de la Font Roja, caminando por la Serra dels Plans y la Serra del Rentonar. Aparcaríamos en las proximidades del Puerto del Retonar y nos dirigiríamos directamente al vértice Plans (km 3). Tras una larga bajada llegaríamos al Caserío Regadiu (km 7), Azagador de la Fuente Vieja (km 12), Barranc de la Serra (km 14) y El Portell (km 17). El resto hasta los coches sería prácticamente en ligero descenso.

A la cita acudieron Mari y Jose, Manuel Carlos, Salva, Luisa, una amiga senderista que me traje y un servidor.

Amaneció una mañana estupenda, sin viento, sin frío y con nubes variables. Un poco antes de las 8 nos pusimos en marcha, en subida, claro, por aquello de ir calentando.

En esta ocasión no tuvimos que ir buscando en el perfil del horizonte el omnipresente Peñagolosa. Esta vez teníamos otro fantástico icono, el Puigcampana, con el sol saliendo tras él y el mar detrás, que ni hecho adrede. Una imagen maravillosa que daba gusto contemplar. No lo habíamos visto todavía desde esta perspectiva y el colorido de las nubes hacía que aún fuera más espectacular.

Tras muchas fotos llegamos a una nevera con bastante profundidad que todavía conserva su techumbre. Desde aquí comenzaba una empinada subida hasta el vértice.

Ya podíamos ver su ubicación, en la primera imagen, al lado de las antenas. En la subida vimos un antiguo pozo y cada uno se impuso su propio ritmo para llegar arriba.

Desde arriba la panorámica es impresionante. Pudimos contemplar algunos de los picos a los que ya hemos subido desde que empezamos en septiembre y otros a los que subiremos poco a poco. El Puigcampana y la Sierra de Aitana, la Serrella, el Cabeçó d'Or, el Maigmó...

Cuando estuvimos todos y habíamos recargado bien nuestras retinas, hicimos la foto de grupo y retomamos la marcha. Caminábamos ahora por estrechas sendas recorriendo el cordel de la Serra dels Plans, que nos hacía detenernos de vez en cuando para volver a ver el Puigcampana, que atraía nuestras miradas como los cantos de las sirenas a Ulises.

En esta última imagen anterior podíamos ver en su totalidad el Montcabrer, donde hicimos una muy buena excursión dándole toda la vuelta y podíamos reconocer desde aquí los sitios por los que habíamos pasado. Cruzamos un rebaño de experimentados senderistas, digo de cabras, porque a veces estamos como idem.

Segundos despues de tomar esta primera imagen que viene a continuación, en la que descendíamos en alegre trote aprovechando la bajada, Mari tropezó y cayó de cara, haciéndose algunas magulladuras. Por suerte, después de una pequeña cura pudo continuar, aunque con el turbante blanco de Jose en la frente parecía Karate Kid. Tras la preciosa y larga bajada, llegamos al Caserío del Regadiu. Nuestro camino ahora llaneaba y permitía la agradable conversación. Continuamos un rato más, aunque ya iba mirando algún lugar propicio para detenernos a almorzar. Lo hicimos antes abandonar la pista y meternos por senda otra vez, porque ya se hacía la hora.

Una vez repuestos comenzamos en leve ascenso hasta colocarnos a media ladera de la Serra dels Plans y siguiendo el track por una poco perceptible senda, muy agradable por lo de inmerso en la naturaleza que te llegabas a sentir, ya que a la ausencia de marcas, se unía el que la senda apenas se adivinaba por el poco o nulo paso de la gente por allí. Caminábamos todo el rato entre carrascas y comentábamos que caminar por este carrascal sí que era una experiencia al contrario que nos sucedió cuando fuimos por las anchas pistas del Carrascal de la Font Roja.

De vez en cuando veíamos unas marcas de color rosa bastante viejas y que tan pronto se cruzaban en nuestro camino como desaparecían. Ante tal espesura, Luisa, que no estaba acostumbrada a nuestras aventuras, disfrutaba de lo lindo bromeando con Manuel Carlos y Salva y decía que a ella no le habían dicho nada de traer cena, porque no veía muy claro el que pudiéramos salir de ahí.

Una vez salimos del estupendo y largo tramo del paso entre carrascas (¡mira que dudar! jeje) abocamos a una pista por donde pudimos andar derechos un rato, pero duró poco, porque un poco más tarde volvimos a abandonarla por la izquierda y nos dirigimos al Barranc de Serra. Como no había senda visible, seguimos el track que tenía cargado y nos fuimos metiendo en un monte ahora más cerrado y no tan amigable, donde las aliagas de vez en cuando nos hacían sentir sus caricias.

Después de un rato de avanzar como "el último superviviente" y bajar por sitios imposibles donde las risas de todos no paraban de resonar, propuse que igual íbamos mejor por el lecho del barranquito ya que, aunque al principio estaba muy espeso, ahora parecía que se podría circular por él. Luisa, para ser su primera vez, estaba teniendo una muy buena dosis de aventura, pero era una más, totalmente integrada en el grupo, incluso en hacer bromas con las críticas al que encabezaba la marcha, jeje.

El estrecho barranquito no tenía desperdicio y nos íbamos encontrando tramos muy chulos.

Esta parte, al igual que la del paso por el carrrascal, también duró bastante rato y teníamos siempre la adrenalina y el buen humor a tope, no sabiendo nunca qué nos íbamos a encontrar en los próximos metros. Estos tramos con tanta variedad de movimientos, subiendo, bajando, saltando, trepando y en un leve pero continuo ascenso consumen gran cantidad de energía.

Al final había que dejar el barranco y subimos por una empinada ladera intentando pincharnos lo menos posible, hasta que pensamos que sería mejor abandonar durante un tramo el seguimiento del track y bajar un poco para buscar una especie de vieja senda que tenía marcada en uno de los mapas. Enseguida la encontramos y, aunque también difusa, continuamos por ella, hasta que Salva, que no había bajado del todo y circulaba paralelo a nosotros un poco más arriba, nos dijo que por allí ya se podía ir mejor. Nos dirigimos a su encuentro y ya otra vez sobre el track, llegamos a la pista que nos llevaría primero al Portell, teniendo enfrente el Vértice al que habíamos subido cuando empezamos, y después a los coches.

Terminamos a las 14:30 y aunque había sido una ruta exigente, de unos 23 km y 1000 metros de desnivel, nos encontrábamos menos cansados que en otras ocasiones ¿Será la práctica de hacer una ruta de medio maratón cada sábado?

Nos dirigimos con los coches a Benifallim, donde tenía localizado un antiguo lavadero que habían reconvertido en una placita con fuentes y bancos de piedra. Un lugar muy agradable, donde procedimos a nuestro tradicional baño de pies, Luisa incluida, que no quería perderse nada y que a pesar de estar en Alicante, el agua estaba muy, pero que muy fría. Comimos en los bancos de la fuente y nos despedimos hasta otra.

Una ruta que ha resultado muy completa. Primero con las preciosas vistas del Puigcampana y las montañas de alrededor, que resultaban desde aquí muy identificables, continuando con la chula y larga bajada desde vértice, el intrigante paso por el carrascal y el aventurero barranco. Uf... de todo. Una excursión que conservaremos durante mucho tiempo en nuestra memoria y que seguro que, al ser la primera con nosotros, dejará una marca indeleble en la memoria de la simpática Luisa que disfrutó como una enana de cada momento. Una ruta no apta para principiantes y en la considero imprescincible, como en todas las que yo publico, llevar la ayuda del GPS.

No me quiero ir sin desear a Mari que su caída no haya sido nada y que se recupere rapidamente de los rasguños. Como estaba graciosa caracterizada de Karate Kid a ver si en la próxima ruta nos hace una demostración del "salto de la grulla".

Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track pulsando aquí: PABLOONCE.
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